VIOLINES DE BOCONÓ LLEVAN EL PASO DEL ENCANTO DE LA MÚSICA CAMPESINA

Por. Él Profesor Carlos Grillet

Al retornar a Caracas, luego de disfrutar la Feria de Tovar 2023, invitado por el aficionado práctico Arnold Miranda, se decide “dar un brinco” hacia Boconó para recoger varios kilos de hortalizas, verduras y carnes de ganado en un sector llamado Santa Rita (municipio Urdaneta). Luego de varios kilómetros de recorrido nos detuvimos a disfrutar una chicha andina y junto al carrito de la popular bebida un dúo de violinistas, una charrasca y una espigada vocalista interpretando música campesina, versionando temas de agrupaciones como Los Serranitos, Alegría Campesina y Sabor Andino.


Fascinante el uso del violín como instrumento indispensable brindando identidad a un espacio que enmarca testimonios religiosos, de festividad y las vivencias del campesino en las labores de la tierra. Entretenida mi paso por el caserío Santa Rita bajo el repertorio de cuatro músicos que desbordaron tradición y que aprovechan al visitante para que descubra el mundo interno generoso del trujillano y la trujillana.


Realmente es un tesoro musical aquel cuarteto que no asomaron el nombre, se preocupaban del perfecto protagonismo de los violines bajo el son de la cosmovisión de encantadores personajes que dibujan el campo desde su hacer y parte de ser para entender sus realidades culturales, económicas, religiosas y hasta hábitos guerreros por aquello de cómo hicieron frente al coronavirus. Interesante como la música campesina se transmite de generación a generación zambulléndose de especial manera quienes pasean y conocen la geografía de Boconó y, sin duda, integran la oralidad que contribuye con una magnífica manifestación de identidad local y musical como la gran escuela de la vida y la memoria de una pequeña región andina que cuenta con una poderosa influencia cohesionadora que comunica, sensibiliza y antropológicamente cautiva porque hasta honran a nuestros indígenas (Amilavaca, padre creador de los Tamanaco).


La música campesina y popular produce un goce venezolano y contagiante del sentir trujillano en dos violines que desempeñaron una función de anfitriones a muchos visitantes e invitados dentro de un tejido social y cultural creadora de música campesina y que me hizo pensar que el inventor del violín el lutier Gasparo de Saló no pasó desapercibido y que este lado del país se puede innovar contando con la escena de un magnífico cuarteto de trujillanos. Siempre se aprende de la identidad musical.

carlosgrilletruiz@gmail.com
 

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