Por. Sala Situacional
Carache en sus más de cuatrocientos cincuenta años, de existencia, ha fijado sus fuertes bases en su cultura, educación, su identidad y sobre todo, en su fe, su mayor orgullo siempre ha sido el mantenimiento de sus tradiciones y costumbres, esto le ha significado ganarse un sitial de respeto, identidad como pueblo amable, cordial, solidario, trabajador, son cuatro siglos y medio sosteniéndose entre sus creencias y sus actividades diarias, tareas, que de alguna manera, le han permitido sostenerse en el tiempo como una comunidad noble de buenos sentimientos, afable, receptiva de todos aquellos que llegan a su suelo aun con diferentes creencias, que por ser adoradores del mismo Dios, ha aprendido a convivir en la más sana mancomunidad, no ha podido nada contra esa actitud del carachero, que de igual manera, ha recibido de estas confraternidades, la reciproca actitud, del buen huésped que llega y es recibido con el cariño, la comprensión, amabilidad que lo caracteriza.
Este preámbulo que define al carachero de siempre, hoy se está viendo amenazado por fuerzas, actitudes que la sociedad en cualquier tiempo, debe reprender y llamarle la atención, pues a pesar de muchos elementos que pudieran estar influyendo en la conducta de nuestros ciudadanos, sabemos que estas actitudes, no obedecen solamente a la educación, ni a las diferentes expresiones de orden intelectual, que tampoco representan a la mayoría, sin embargo, como una infección que apenas comienza, se debe atacar, con las herramientas propias y necesarias, ya que en estos últimos tiempos, se han hecho manifiestas algunas situaciones de conductas, que lamentablemente, desdicen mucho de quienes las asumen y ejecutan, por tanto, sería importante que la sociedad Carachense, en alerta máxima se plantee la necesidad de detectar, asumir y atacar estas actitudes con la organización social, sobre todo con el apoyo de todas las fuerzas vivas del municipio, entiéndase la sociedad civil organizada, el Gobierno, las iglesias Católicas y las demás expresiones religiosas existentes en el municipio, a fin de iniciar una campaña que le haga frente a estas situaciones anómalas, que hoy están afectando a nuestra sociedad.
Ante la pregunta ¿qué está pasando con nuestra sociedad Carachense?, esta debe llevarnos a tomar medidas y para ello, debemos asumir que el problema es de todos no solo de un factor, que en ello se va nuestra paz, tranquilidad, por eso todos los sectores deben involucrase, creando ambientes propios para la reflexión, el debate sano, la asunción de responsabilidades. En el Área de Salud, retomar las actividades de Higiene y Salud Mental, la parte religiosa, las asambleas de oraciónes en hogares y en comunidades, las Escuelas asumiendo la orientación y seguimiento de actitudes no acordes a los preceptos, comportamientos asociales, el gobierno apoyando y promoviendo actividades recreativas, culturales, desde sus órganos de poder ejecutivo, legislativo, los cuerpos de seguridad, integrándose y garantizando el resguardo de estas actividades, pero también haciéndose sentir en la protección de nuestros ciudadanos de manera preventiva. Ojalá que estos últimos acontecimientos que hemos vivido los caracheros, nos permitan la necesaria reflexión y pongamos manos a la obra, ya que aún estamos a tiempo.