¿SE ESTÁN CAMBIANDO NUESTRAS FORMAS DE RELACIONARNOS?

Por. Gilberto Barreto

Las formas como nos comunicamos a través de los mensajes de los teléfonos celulares y el uso de las redes sociales está cambiando la forma en que nos relacionamos con los demás, y es por ende que en ámbitos educativos, psicosociales, y a nivel familiar existe una preocupación sobre si esos hábitos pueden estar afectando a la capacidad de conversar y a las relaciones cara a cara entre los humanos, sobre todo en la etapa de la pre-adolescencia y adolescencia es donde se evidencia con mayor acentuación este fenómeno pos moderno.


Hagamos un ejercicio imaginario y pensemos que estamos en una escena cotidiana en la que estamos compartiendo momentos con nuestras familias, amistades, o en alguna otra reunión, y nos preguntamos ¿cuántas veces se ve interrumpida nuestra conversación por consultas con el teléfono o chateo a través del WhatsApp? Algunas encuestas señalan que consultamos el teléfono unas 30 veces o más a la hora…


“Eulalia Solé Tomás, experta en comunicación, comenta que cuando conversamos desde el teléfono, la Tablet o el ordenador, a menudo se pierden elementos que pueden ser esenciales al conversar, el significado de las palabras es solo el 20% de lo que comunicamos y el 80% restante, lo aporta, todo lo que envuelve esa comunicación, los gestos, la postura, el tono, la mirada”…
“Amanda Céspedes neuropsiquiatra infantil, apunta que cuanto más temprano se inician nuestros hijos e hijas, en el uso de tecnologías digitales, menos se desarrollan habilidades sociales”, y es por esas situaciones que hoy en la vida cotidiana nuestras relaciones carecen de los siguientes elementos:


Pérdida de la empatía: Con la creciente dependencia de la tecnología, como las redes sociales, las interacciones cara a cara se están volviendo menos frecuentes. Esto puede llevar a la disminución de la empatía y la comprensión hacia los demás, ya que la comunicación digital carece de expresiones faciales y lenguaje corporal.
Despersonalización: La tecnología nos permite comunicarnos de manera rápida y eficiente, pero a menudo a costa de la personalización. Por ejemplo, las interacciones a través de chatbots o sistemas automatizados de atención al cliente pueden hacer que las personas se sientan ignoradas o tratadas impersonalmente. Esto puede conducir a una pérdida de sentido de conexión y humanidad.


Diversidad de opiniones y polarización: La tecnología ha facilitado la difusión masiva de información, pero también ha permitido la formación de burbujas informativas en las redes sociales. Las personas tienden a seguir y consumir contenido que reafirma sus propias opiniones, lo que lleva a una polarización y a una incapacidad para aceptar perspectivas diferentes. Esto puede socavar la capacidad de las personas para expresarse y comprender puntos de vista alternativos.


Dependencia excesiva: La tecnología se ha vuelto cada vez más omnipresente en nuestras vidas diarias, desde el uso constante de teléfonos inteligentes hasta la automatización de muchos aspectos de nuestra vida. Esto puede llevar a una dependencia excesiva de la tecnología, lo cual puede ser perjudicial para nuestras habilidades sociales y habilidades de resolución de problemas. Además, la dependencia excesiva puede llevar a un mayor aislamiento y alienación de nuestro entorno y personas que nos rodean.
Riesgos éticos y morales: Los avances tecnológicos y científicos también plantean preguntas éticas y morales complicadas.

Por ejemplo, la ingeniería genética y la inteligencia artificial plantean problemas relacionados con la manipulación de la vida y la creación de entidades inteligentes. Estas nuevas tecnologías pueden conducir a desafíos éticos y a la posibilidad de que se creen situaciones inhumanas o injustas.


Hasta este punto podemos afirmar que los avances tecnológicos y científicos están cambiando rápidamente la forma en que convivimos y nos relacionamos entre nosotros y nosotras, si bien estos avances pueden tener beneficios significativos, también es importante reconocer y abordar los posibles impactos negativos que podrían llevar a una transición hacia lo inhumano, es necesario y fundamental encontrar un equilibrio entre las ventajas y desventajas de la tecnología, así como considerar las implicaciones éticas y morales de los avances científicos.


Un abrazo.


¡Gracias por leerme!

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