ROMELIA BENÍTEZ DE TERÁN Y SU HUMILDE PERO ALECCIONADOR LEGADO PARA CARACHE

Por. José Gregorio Torres

Romelia se Casó joven con Agustín Benítez conocido popularmente como Titin, con quien tuvo dos hijos, Alfredo y Rubén. fue una mujer de pueblo, sin mayores conocimientos académicos, un ser humano sencillo que tuvo la virtud de ser humilde, sin más aspiraciones que servir a los demás, si acaso tendría la escuela primaria como base, pero su mayor conocimiento lo adquirió con orgullo en el haber servido en Casa de la familia Rodríguez Quevedo Falcón, y Viloria Rodríguez. Haber sido una de las más oportunas mujeres de la Avenida San Juan y Carrillo, pues en su juventud se dedicó a la atención y cuidado de quienes hoy le manifiestan su agradecimiento póstumo, pues Romelia se ha marchado repentinamente, no ha soportado despedir a su ultimo retoño, hijo de sus entrañas, compañero de vida durante sus últimos Treinta y cinco años.

Romelia con su hijo Ruben.

 Ello como si fuera pactado en lo más íntimo del aposento donde postrado por su mortal, repentina enfermedad Rubén y Romelia se prometieron no cortar el lazo umbilical que los unió para siempre. Y así la madre amorosa y fiel, soporta la muerte de su segundo hijo, con aparente templanza, pero quince días para ser exactos de la partida de su inseparable y cariñoso Rubén, es suficiente, porque en la creencia de nuestro pueblo, cuando un difunto se niega a cerrar sus ojos, es anuncio inevitable de fatal presagio, no se iría sólo y Romelia que fue luz de sus ojos y compañera de vida, también se hace compañera en el camino hacia el encuentro con su creador.

Pero aún en medio de la aparente tragedia, se sobrepone  la expresión del justo agradecimiento humano, ese que refrenda, resalta el producto de su vida sencilla, humilde, la que apenas pudo disfrutar, viendo crecer, hijos, nietos y sobrinos putativos, pero a los que siempre sintió como de su propia sangre, como si de su vientre hubiesen salido, así lo sienten y lo expresan todos y cada uno de ellos, para que sea más evidente el misterio que rodea la vida de Romelia, el día en que se cumple un año más de la muerte de Carmen Josefina, la hija del inmortal José Juan Rodríguez sempiterno Cronista Pintor e historiador de Carache, donde sirvió por años, esa   mujer con la que compartió tristezas y alegrías con sus hijos. Luego de cumplir con su misa aniversaria, Romelia se va de este mundo dejando entre quienes fuimos sus amigos y vecinos. Amén de la sorprendente e inesperada despedida, el legado que solo un ser sencillo, humilde y bondadoso, puede dejar. El ejemplo de vida y de enseñanzas para quienes la conocimos. Dios te de descanso eterno junto a tus hijos, esposo y amigos… Vecina Romelia. Paz a tu Alma.

Romelia durante su estadía con la familia Viloria Rodríguez.

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