Por. José Gregorio Torres
El fin de semana pasado sorprendió y causó revuelo en las redes sociales, un vídeo donde se apreciaba la acción de un agricultor de la comunidad de Carache, en forma de protesta, como lo hace saber en el mismo vídeo, realizaba el bote de una cantidad de tomates de su producción, y los cuales según lo expresa no ha sido posible llevarlos al mercado por la falta de combustible, sumado al bajo precio en el mercado del producto. Esta acción deliberada que invadió las redes y se viralizo, no solo causo una reacción generalizada a los cibernautas, por cuanto este se pública en medio de circunstancias extremas de la población venezolana, pues no se entiende como en circunstancias tan reversas a la situación económica del país, se pueda tomar tal decisión, que a la vista de la mayoría se desconoce , lo cierto es que luego de que saliera este vídeo, se han venido proliferando otros similares desde diferentes puntos del país.
Si bien o no sea una accion justificada por el productor, quien simbólicamente represento a la mayoría de los productores agrícolas de la zona, a los que a diario protestan en las colas por falta de combustible, los que tienen mes y medio esperando la bolsa ya pagada, y en general a todos los caracheros que necesitan movilizarse hasta Trujillo para hacerse un exámen, una consulta médica, hasta una intervención quirúrgica, todos ellos se sienten representados en esa acción que lo que busca, es mostrar al mundo lo que está pasando en toda Venezuela y que no es más que una expresión mínima de la verdad que esconde la gran crisis que existe, y que amenaza con empeorar aún más. La realidad de todo esto es que en el mismo vídeo se aprecia que solo lanzan al río la golilla osea el tomate no comercial, y los Caracheros están conscientes de que ya varios días atrás los productores agrícolas habían hecho un llamado para que se acercaran a las siembras donde se les regalarían los tomates.
Nada justifica el hecho, sin embargo tampoco esto justifica una condena a priori del productor, ya que es un derecho de el por ser dueño de sus tomates, y pretender que además de las perdidas por la inversión hechas en su siembra, deba invertir más dinero en obreros y caleteros para llevarle el tomate a las casa de las familias, esta situación a la que salió al paso el Alcalde Yohanthi Domínguez, quien llamo a la solidaridad para que esta producción sea donada al ancianato, hospital y demás instituciones que lo necesiten, acción que es la más correcta, sin dejar de solidarizarse con los productores, ojala que detrás de todo este revuelo que causo la acción, se tomen desde ya las medidas adecuadas, juntos, autoridades y productores organizados, que generen soluciones a estas circunstancias que pudieran repetirse en el futuro, una de ellas sería cristalizar el proyecto de una empresa procesadora de pulpas, no solo de tomate sino de cualquier producto que se genere en nuestro municipio y aledaños. Sería una respuesta más positiva y productiva a esta situación planteada.