RAMÓN PONCE BRICEÑO, CREADOR DEL TEMPLO A SAN JUAN BAUTISTA DE CARACHE

Por. José Gregorio Torres

Nada detiene a los caracheros cuando se proponen hacer cosas grandes, por ello entre el gentilicio trujillano, este noble pueblo de Carache puede darse el lujo de sentirse privilegiado con sus antepasados que le han heredado para orgullo del presente y del futuro, obras de un gran valor humano espiritual y material, raza descendiente de una gran mezcla orgullo de la humanidad, pues nadie podrá negar la existencia de los cuicas, jiraharas y menos de los Europeos que en medio de una colonización o invasión, los mayores y más elevados intereses han sido los espirituales, no se puede olvidar e ignorar que con esa oleada invasora, llegó también la fe y con ello otras manifestaciones culturales que hoy no se puede por moral genética pretender su negación.

Torre de la Iglesia de Carache.

 En ese punto, en el que toca la  más profunda identidad con las raíces, es que se realza el nombre de personajes como Ramón Ponce Briceño, carachero de una inteligencia y destrezas artísticas comparables a la de los más grandes artífices maestros escultores y artesanos de la España barroca, de la Europa medieval, o de tantas épocas anteriores de la historia milenaria donde fueron creadas para admiración del hombre, del universo entero, las más colosales obras de arte, que si a ver se va,  tuvieron como artífices humildes seres, para ello fueron concebidos por la naturaleza misma, con autorización del magnánimo creador del universo.

 Quiso Dios que en Carache naciera este hombre de una familia de medianos recursos, pero con talento de los más grandes hombres de la tierra, en este pequeño Valle se gestó el culto al hombre más importante nacido de mujer para convertirse en el precursor de quien sería hasta el final de los tiempos el creador del cristianismo, base moral de la conducta humana, en estos términos fundamentalistas, a mediados del siglo pasado, bajo la dirección de su guía espiritual,  acompañamiento de dos grandes artistas maestros artesanos, de la construcción, Ramón Quintero,  Plinio Paolini,  con recursos y aportes del pueblo, se logró la construcción del templo en el cual se debía honrar en primer lugar a Jesús Sacramentado y en él, la esencia y la persona del hijo del hombre que lleva al padre creador, obra que hoy honra también al Presbítero Juan de Dios Andrade y con él a todos los que hicieron posible su construcción. Por ello, Carache es un valle en el que todo florece, para siempre será cuna de la fe católica y en ello se vanaglorian quienes celebran el patrocinio de su Santo San Juan Bautista.

Fachada del templo San Juan Bautista de Carache.

  

  

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