Por. José Gregorio Torres
Seguramente muchos luchadores sociales, menos politiqueros que políticos, estarán de acuerdo con esta aseveración, aunque no lo manifiesten, porque difícilmente en estos tiempos, ser sincero y transparente tiene en la política buena acogida, motivado a que actualmente, los partidos políticos se han convertido más que en tarimas de lucha por los pueblos, en medios para lograr intereses personales, grupales, de castas de viciosos, costumbres malsanas. Así son en la actualidad a criterio general, las organizaciones políticas. Pueda que en el tiempo esto cambie, pero primero deben cambiar de actitudes sus representantes.
Sin temor a equivocaciones, muchos desearán desbocarse con sus verborreas aprendidas en sus cansados, agotados años de incursión en los diferentes círculos sociales de élites y de negocios, que les han permitido abultar sus arcas a expensas de las riquezas del estado, de los lambiscones y por supuesto de los grandes negocios que generan las influencias y manipulaciones de los partidos políticos. Es triste comprobar que estas prácticas no solo son de una incipiente, desgastada y minúscula cúpula de dirigentes mediocres, que abrazados a su pasado, no se pueden desprender de sus prácticas dañinas pero atractivas para los herederos de sus antepasados oscuros, hoy muy frecuentes en el PSUV.
Es posible que como todo mal, no se puedan erradicar definitivamente, pero no pueden quienes creen en las buenas costumbres, en las sanas intenciones, el buen juicio político y social, abandonar estos principios que al final aun cuando no sean reconocidos ni premiados, ni siquiera con el agradecimiento, al menos permiten la satisfacción personal, gratificante de saberse execrado y distanciado de quienes hoy ante la opinión pública, muestran su verdadera personalidad, pues si se habla bíblicamente, ellos forman parte en la historia de los necios de los que se habla en los textos proféticos, esos que pasarán a la historia como Caín, los hermanos de José, Judas y como tantos otros que en la historia del mundo, son la contraparte de la justicia y del bien, por mucho que traten de convencernos de que ellos están en lo correcto, con sus actuaciones y sus resultados, solo ratifican que no son más que escorias de las que todos deben alejarse, ellos ante la humanidad son la antítesis de la verdad y de la justicia. Son pobres almas que pertenecen al oscuro mundo de donde no quieren ni pueden salir.
Fotografías referencial.
Buenas tardes, me parece tan absurda dicha nota de prensa. Donde sin duda alguna mencionan o señalan a políticos, que sin duda alguna para bien o para mal han dado la cara por Trujillo, y sin necesidad de ponerse en la acera de al frente teniendo que apoyar al régimen, en sus diversas andanzas.
Alfredo Soto.