PAULINO JOSÉ BAPTISTA, SIMBOLO DEL CAMPESINO EN CARACHE, SU GUACHARACA Y SU BATEITA

Por. José Gregorio Torres

 Es para Elcarachero.com, un verdadero orgullo, resaltar nuestras raíces y nuestra idiosincrasia. En esta oportunidad para resaltar a un pintoresco personaje, Paulino José Baptista, campesino auténtico que habría llegado de algún campo  a Carache a mediados del siglo pasado, junto a su incondicional compañera Eloísa, se establecieron al pie del Cerro San Juan, a orillas de la naciente del Zanjón Chávez, donde aún se conserva su humilde casa de bahareque techada de zinc y un inmenso corredor de horcones, rodeado de plantas, todos los días salía Paulino al trabajo, con su mapire o marusa, el machete afilado por los dos lados, su navaja, su cajeta y sus alpargatas, lo veíamos pasar para las vegas donde realizaba lo que más sabia hacer, labrar la tierra, un día con la escardilla otro día con la chacora, algunas veces acompañado de su burro, otras veces con su amada Eloísa, o su pequeño hijo. Es posible que durante su juventud y madurez disfrutara mejores tiempos, cuando en las familias de mi pueblo se conformaban con un fuerte diario que alcanzaba para la cuajada la arepa y el guarapo, así se criaron muchas familias buenas y honestas.

Casa donde habito varios años junto a su familia Paulino Baptista.

 Ya entrando Paulino en la tercera edad sus reflejos se hicieron menos hábiles, pero su afán a pesar de que sus hijos ya crecidos, no deja de trabajar la tierra, quiere sentirse útil pero ya no es igual,  cada día con el tiempo, los años, que fueron muchos, labrando la tierra, cortando caña, ya está cansado y las enfermedades lo alteran,  Paulino Baptista que nunca dejó de tener su cuatro, sus marcas y charraca hecha de carruzo, como de costumbre, siempre estaba presto para la canturía de velorio, o para la busca de niños, ya no puede trabajar como antes; en ocasiones, se zumba su carterita de caña, se alegra para no sucumbir en los recuerdos de su juventud,  recorre las calles de Carache con su cuatro debajo del brazo,  su cajeta, su pañuelo el que, le sirve para limpiarse el sudor y el chimo. ¡Epa párate ay muchacha bonita, pa que veíais a Paulino Batista, y ¿pa quien son estos bigotes?  pa que jueguen las nenas. ¡Epa que no me encandile que no soy faro!, y ¿con quién dormiste anoche bigotes de chorro de agua?  y arrancaba con su bateíta. Yo tengo mi bateón mi bateón mi bateíta, donde me lava la ropa mi mamaon mi mamaita, hay mamaon, hay mamaita, me queda blancón me queda blanquita. Así se recuerdan sus versos y estrofas como parte de su aporte a nuestra cultura.

Los últimos días del personaje se vieron afectados por una característica muy particular todos los días salía Paulino ya casi sin poder caminar encorvado hasta el extremo, lo encontrábamos con su garrote, machete en la mano limpiando el monte de las aceras, calles de Carache,  finalmente fue vencido por los años y el desgaste físico, para ser sembrado en la tierra que le vio nacer. No desaparecerá de la faz de la tierra, porque no sería justo que quien fue toda su vida, tierra, agua, fuego y aire, pueda formar parte del olvido. Pues su paso por ella, no fue en vano allí quedan sus generaciones y relevos, se puede decir que Paulino Baptista junto a nuestros músicos poetas, campesinos, formará por toda la eternidad parte de nuestro más rico acervo cultural. Dedicado a todos sus familiares, amigos y en especial a su memoria. Tampoco fue posible encontrar una fotografía de Don Paulino Baptista, lo cual lamentamos hasta el último momento.

Otra vista de la casa del personaje.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *