Por. José Gregorio Torres
Dice un dicho muy venezolano, “cuando veas las barbas de tus vecinos arder, pon las tuyas en remojo.” La leyes en Venezuela son muy claras cuando se trata del patrimonio, sobre todo, cuando se refiere específicamente al patrimonio público, lamentablemente, muchas personas se creen con el derecho de disponer de estos bienes y venderlos al mejor postor, lo más lamentable es que lo estén haciendo a la vista de todos, según algunas informaciones que han llegado a la redacción, las cuales fueron corroboradas para darle sustento a esta nota, algunas personas se estarían encargando de ofertar por la vía de mercado libre, ciertas piezas y objetos de colección que si se dan cuenta éstas aparecen marcadas con los sellos que las identifican como bienes públicos.
Esto no sería tan grave si no fuera porque estos objetos, están bajo la administración de organismos del mismo estado, en este caso, de la municipalidad, sería importante que las personas responsables de estos órganos que tienen que ver con el patrimonio cultural y todo eso, inicien una investigación exhaustiva por cuanto, es preocupante que bienes destinados para el rescate de la historia local así como para el aprovechamiento y disfrute colectivo, estén siendo sustraídos por algunos, para beneficio personal, sin considerar que no les pertenecen y que estarían violando leyes, cometiendo delitos ante la cosa pública, es posible que esto esté ocurriendo desde hace tiempo, pero como nadie investiga, todo se está quedandando en el olvido.
Tal es el caso puntual del folleto o libro titulado Orígenes de Carache del autor Reverendo Hermano Nectario María, el que perteneció a la Colección de Mario Briceño Perozo, donada a la Biblioteca Magín Briceño. Ojalá que las autoridades respectivas se pongan en alerta, pues hasta hoy nadie ha dado cuentas de los bienes que pertenecen a la colección del Museo Rodolfo Minumboc, contra las que se pudieran estar actuando ilícitamente para justificar que se extraviaron o se las robaron, cosa que puede ser cierta pero, obedece a una estrategia que ya antes fue usada con otras colecciones hoy desaparecidas. Ojalá que las autoridades competentes del municipio asuman la responsabilidad de investigar estas irregularidades. Y como dice el dicho. “el que no la debe no la teme”.