Por. José Gregorio Torres
Desde que se conoce a Nilvia, su afición por las danzas ha sido permanente y dedicado, de allí que se recuerda cuando en tiempos de la Profesora Josefa de Solórzano y el recientemente creado Complejo Cultural Karachi, en la cátedra de teatro, sería la pareja en las obras Romeo y Julieta, el Romance del Cruzado y otras obras donde compartía los principales personajes del elenco con nuestro recordado Toco. Nilvia como todos los que compartieron con la profesora Josefa, se hicieron dueños de esos conocimientos para que posteriormente, no se perdieran ni se guardaran como un misterioso tesoro sino, que al igual que la maestra deseosa de enseñar y de trasmitir sus conocimientos, un día asumió aquello de las danzas como su propia responsabilidad, paralelamente al teatro, fue entrelazando esta manifestación cultural con las danzas ya que, el complemento de estas con el teatro era fundamental.
Era la edad de la adolescencia y no hubo mucho tiempo para desperdiciar, además, no existía internet, ni celulares, eran los años setenta y siete, los permisos para salir estaban justificados en los cursos que se daban en el ateneo, o Complejo Cultural Karachi, allí era el gran encuentro, donde los actores, bailarines, músicos y artista se encontraban para compartir las amenas danzas, las jocosas y entretenidas obras de teatro, es meritorio reconocer el trabajo tesonero que realizaba la querida amiga Eddy Cañizales de Zapata, quien combinaba sus labores como secretaria en el Liceo “Juan Antonio Román Valecillos”, y sus clases de danzas por las tardes en el complejo, a ella se le debe que hoy la reseñada Nilvia Briceño Cacique, sea meritoria de estos elogios pues ya hace un gran tiempo que esta hermosa mujer merecedora de todos los elogios, se ha dedicado a la orientación de muchas generaciones de niños y niñas a quienes le ha trasmitido con tesón y mucho amor el conocimiento de la danza, he aquí el merecido reconocimiento público a su labor silenciosa muchos, donde la modestia ha sido su mayor aliada.
Por tanto, ver a esas niñas realizando las coreografías de tantos temas dancísticos nacionales e internacionales, llevan sin duda, a recordar a la gran Yolanda Moreno, la que un día de los años ochenta, llegó a Carache con su cuerpo de baile para recordar que Minumboc también formó parte del Retablo de las Maravillas, como se llamó inicialmente esa hoy famosa Escuela de Danzas Nacionales. Allí se observó a la profesora Nilvia como en todos los actos culturales que se realizan en Carache y otros municipios, derrochando su talento con sus hermosas niñas y niños, hoy ya son mujeres y hombres que guardan esos recuerdos para no olvidar a su profesora de Danzas.
Nilvia es una soñadora, que no ha podido a pesar de su interés y esfuerzo consolidar la tan anhelada Escuela de Danzas IKAKE, como le llama a su grupo. Desde esta sencilla pero muy sentida nota biográfica, se ha querido realizar un reconocimiento sincero a la labor que la Profesora Nilvia combinó sus labores como educadora, con las danzas, perteneciendo al personal de la Casa de los Niños “El Samán”, también es una amante del deporte, realiza una contribución muy importante con la juventud y más allá con la cultura, porque aun en medio de las carencias, dificultades, ella junto a sus niñas, niños se crece cada día más para dejar testimonio de la gran importancia que tiene, el mantener vivos los valores y la cultura. Para ella y para su grupo de niños y niñas, un agradecimiento y felicitaciones desde ElCarachero.com.
La mejor profesora de danzas en décadas con más de 30 años enseñando cultura a las jóvenes de carache