Un hábito persistente en la conducta de algunos deudores es la falta de cumplimiento en el pago de sus obligaciones financieras. Esta situación ha llevado a que ciertos establecimientos comerciales elaboren listas de morosos. No obstante, este comportamiento no se limita únicamente a las transacciones comerciales, sino que también se presenta en negociaciones privadas, donde a menudo se escucha la expresión coloquial fulano me «echó el burro». Este fenómeno puede atribuirse a diversas causas, siendo una de las más relevantes la informalidad de las transacciones, que se realizan sin ningún tipo de documento jurídico que establezca una obligación real.
La falta de compromiso por parte de algunos deudores, junto con las argumentaciones sobre la situación económica del país, se han vuelto comunes. Además, hay quienes, con una actitud desafiante, ni siquiera ofrecen una justificación creíble. En definitiva, la presencia de morosos parece ser una realidad con la que debemos aprender a convivir en Carache.
Hernán Meléndez Reportero Comunitario
