Las peleas de gallos en Carache han quedado grabadas en la memoria de sus aficionados como una de las formas más económicas de entretenimiento. En tiempos pasados, una entrada a la gallera representaba un costo mínimo, y participar en las apuestas con un gallo era un verdadero juego que se hacía en pesos, sin pensar siquiera en dólares.
Sin embargo, la crianza y cuidado de los gallos han transformado esta tradición en un lujo que no todos pueden permitirse. La alimentación y el manejo adecuado de estos animales requieren una inversión significativa, lo que ha llevado a que las peleas sean vistas como un privilegio para unos pocos.
En el pasado, era común ver en el transporte público a los aficionados con sus famosas bolsas de gallos, una imagen que evocaba la pasión por este deporte. Galleras como La Platera, La Mesa y el Tulipán eran epicentros de emoción y competencia.
Es importante destacar que esta disciplina fue introducida a Venezuela por los colonizadores españoles, quienes popularizaron las riñas de gallos. Aunque hoy en día su accesibilidad ha disminuido, las peleas de gallos siguen siendo un símbolo de la identidad cultural de Carache, recordando a todos el valor del entretenimiento comunitario.
Carlos Grillet Reportero Comunitario
