LA PREPARACION DE TIERRAS EN CARACHE

Por. Ing Humberto Aldana

Cuando se comienza la planificación para la siembra de cualquiera de los cultivos que se dan en Carache una de las labores más importantes es la preparación o movimiento de tierras, definido como: “El manejo mecánico que se hace para que el suelo tenga la condición o esté lo suficientemente suelto para que una semilla o una plántula pueda desarrollarse y así estar apta para la producción”. Este trabajo va a depender de varios factores, los mismos que intervienen en la capacitación del suelo para que este adquiera la fertilidad que la planta necesita para crecer.


En Carache la preparación de tierras se hace de dos maneras. La primera es con tracción sanguínea, ejercida por animales de tipo bovino debidamente entrenados, mejor conocida como yunta de bueyes que van aperados y amarrados para lograr un perfecto binomio que los hace eficientes y al mismo tiempo dócil para el trabajo. Ellos son más utilizados en topografías difíciles con pendientes muy empinadas, en ocasiones muy a pesar de la evolución, el campesino se siente más cómodo con este tipo de tracción, o como sucede en algunos casos, no tiene más opciones.

Segunda Manera


La segunda manera es la de tracción mecánica ejercida por un tractor agrícola, lo cual permite altos niveles de rendimiento y eficacia en el desempeño de la labor, pero condicionado a grandes inversiones y gastos operativos en lubricantes, repuestos y combustible diésel. Este último con grandes dificultades para su consecución. Ambas maneras pueden proporcionan el efecto requerido al terreno y aseguran la productividad, ya que los mismos acondicionan el suelo y le otorgan las características de drenaje, nivelación, intercambio gaseoso, necesarios para la raíz de la planta, control de las malezas y en muchos casos maximizan el riego que se seleccione.


En suelos pesados la preparación es más ardua y requiere de mayor cantidad de horas de trabajo ya que, en el caso de las arcillas, ellas tienden a compactarse y se hace necesario que los implementos tengan la capacidad de poder desmoronar la superficie del terreno para conseguir el efecto esperado.

Los suelos de Carache, son en su mayoría, suelos francos, de elevada productividad agrícola, con proporciones similares de arena, limo y arcilla pero con tendencia a ser más pesados que sueltos. En general puede afirmarse que existe buena fertilidad para los cultivos de hortalizas. La única característica desfavorable es que tienen un PH ácido lo cual obliga a muchos agricultores a incorporar elementos químicos (Cal Agrícola) o inclusive materia orgánica para poder mantener los nutrientes disponibles ya que en muchos casos son bloqueados, lo cual indica baja capacidad de intercambio catiónico.


Debido a todos estos factores, las recomendaciones generales que se describen a continuación, dirigidas especialmente a los productores están basadas en: Otorgar al suelo un descanso de por lo menos tres meses entre la cosecha y la próxima siembra.

Recomendaciones.


1- Realizar un análisis de suelo e interpretación de datos para tener un programa de fertilización que corrija o haga las enmiendas acertadas y proporcione la cantidad justa y correcta de macro y micro nutrientes o cualquier otra medida que deba implementarse.

2- Aportar materia orgánica con productos procesados. No se recomienda el uso de abonos orgánicos sin procesar (abono de chivo, gallina, etc.) ya que estos incluyen malezas y efectos nocivos a los suelos y estos a su vez a los cultivos.

3- En caso de utilizar agroquímicos (herbicidas) se recomienda que se haga cuando la maleza este comenzando a nacer o tenga poco desarrollo. Esto evita el uso de altas dosis y/o tener que realizar aplicaciones posteriores, lo cual puede ocasionar efectos de infertilidad al suelo o conlleve la aplicación de tratamientos adicionales que permitan acondicionar la tierra para otra siembra, a un costo más elevado.

4- No exceder el uso del tractor para no cambiar drásticamente el perfil del suelo, de esta manera se podrán evitar desbalances nutricionales en el mismo.

5- Evitar el uso inadecuado de implementos agrícolas para impedir el deterioro del suelo, tractor e implementos. Al principio se recomienda primero el uso de la rastra y luego el arado, en ese orden, para voltear adecuadamente el terreno. De esta manera se impide la acumulación de malezas de forma irregular en lugar de si se usara primero el arado y luego la rastra. Este último orden no es el correcto.

6- Finalmente, realizar una labranza adecuada que tenga como resultado un campo apto para ser surcado sin dificultad con caballos entrenados y pueda obtenerse como consecuencia un estado del suelo óptimo y suficientemente suelto. Solo de esta manera técnica agrícolas como el amarre y el aporque entre otras, podrán llevarse a cabo sin mayores contratiempos. En el caso del cultivo de algunas hortalizas (tomate, pimentón, pepino, etc.) el aporque es prácticamente indispensable, porque proporciona un mejor desarrollo de la planta, facilita su riego e impide el exceso de humedad.

Terreno surcado en el sector el indio de Carache.

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