LA HISTORIA DE ISABEL GUEDEZ “CHABELA”, EN CARACHE ES UNA REFERENCIA DE AMOR POR LA HUMANIDAD

Por. José Gregorio Torres

Los Caracheros por principio humano siempre han sabido reconocer en sus semejantes los más altos valores, aun cuando se destaca más lo que en la mayoría de los pueblos es más visible,  son los valores negativos, lo que se podía llamar la crítica destructiva, sin embargo, de manera extraña pero no del todo incomprensible, suceden cosas como las que durante el siglo veinte formaron parte de la historia, convivir día a día,  esto es lo que le da el valor a cada historia y a cada uno de los personajes, hoy el carachero.com trae una historia del pueblo común de alguien que si bien paso desapercibido por ser para los caracheros parte de sus vida, no pasaría desapercibido en la importancia de su carácter social por lo que fue y por lo que dejo a Carache a pesar de no tener bienes materiales más que los que Dios le dio para su sobrevivencia.

Proceso de recuperación de Chabela en la casa del Adulto Mayor en Carache.

Isabel Guedez “Chabela”, como todos la llamaron, vino de las cercanías de Santo Domingo, para quedarse en Carache y servir en las casas de los más pudientes, para ayudar a su madre que se había quedado en aquel campo donde no llegaban muchas visitas, por eso, cuando aquel afamado comerciante la conoció, ella sintió el llamado del amor y así motivada, esperanzada llegó un día al pueblo para descubrir que no era ella la Elegida y por tanto, debió retornar desilusionada, pero esto ya era un designio de su vida, su madre que accidentalmente sufrió una quemadura, debe volver al pueblo para definitivamente quedarse por los lados del Bucarito, allí donde pudo contar con las atenciones, más tarde, al fallecer su madre se quedó sola y sin ayuda, su condición nerviosa la atacó, ya no es una joven normal, comienza su deterioro, sus vestiduras se van ruyendo y ella las va remendando, retazo por retazo que recoge de cada vestido usado que le regalaban.

Así chabela pasa medio siglo de vida caminando por las calles de Carache, es la otra Luz Caraballo, pero no entiende las diferencias y su vida para ella era la normalidad cotidiana casa a casa iba pidiendo un cabo de vela para pasar la noche, y con él, la bondad de las familias, también recibía un poco de comida, chabela era temerosa de la lluvia de los rayos y los truenos, tenía un cordón en su dedo gordo del pie, porque con ello evita los calambres que la atacan permanentemente, ya cuando llega a la edad en la que no se pudo valer por si misma, a pesar que sus pies descalzos han soportado el calor del asfalto y el pavimento, entonces la mano de los caracheros no pudo dejarla morir de mengua, y es acogida por la Casa del Adulto Mayor, “Don Juan Bautista Meléndez”, de la cual se convierte en su primera huésped, allí obtiene de los voluntarios, el amor y las atenciones que durante medio siglo le faltaron, ya está dignificada y cuando falleció, el pueblo le honra como a las más destacada e importante de sus personalidades, chabela es de Carache, referencia histórica del amor del hombre por la  humanidad.

Otra gráfica que muestra un antes y un después de Isabel Guedez.

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