Por. José Gregorio Torres
Con mucho sentimiento y preocupación se acercó a la redacción del Elcarachero.com. la ciudadana Noris D’ Giovanni Domínguez, para contar su historia en vista que según le han dicho varias personas, si no lo aclara ante la opinión publica y las autoridades podría acarrearle problemas más adelante. Cuenta la Señora Noris vecina de Carache, que ella actuando de buena fe, en el año 1999, se le acercó una mujer de nombre EDDY LEONORA CAPOTE, quien llorando le contó un drama que era sobreviviente de la vaguada de la Guaira, no tenía familia y necesitaba ayuda, a lo que la ciudadana Noris accedió de buena fe permitiéndole pasar la noche en su casa materna, ubicada en la Avenida San Juan, diagonal a la casa de los niños “El Samán”, jamás pensaba la joven Noris que allí comenzaría su calvario. Al día siguiente cuando Noris se prepara para continuar con su trabajo atendiendo los baños públicos en el Complejo Ferial, se percata de que la ciudadana a quien le dio cobijo y le protegió, se había marchado, sin ni siquiera despedirse. Hasta ese momento, Noris no se había percatado que la extraña, se había marchado levándose su cédula de identidad, al enterarse de que este documento no estaba por ni ningún lado, procede a reportar su pérdida ante la Prefectura del Municipio Carache.
Nada hacía presumir que había sido la mujer que hace unos días había estado en su casa sin embargo, luego de catorce años aproximadamente, en el dos mil trece, una niña desconocida le reclama a Noris su maternidad, pues según ella aparece como su madre en la partida de nacimiento con su mismo número de cédula, registrada en una Prefectura de Motatan, cosa que Noris no entiende, quien sorprendida no sabe que es lo que pasa, pues no ha concebido ni ha parido a otra niña porque para ese entonces, ya tenía sus propias responsabilidades maternales. Norys ya había dado a luz su propia hija, esto le crea un conflicto terrible y es cuando comienza a tener presiones por parte de la joven mujer que la amenaza constantemente mediante mensajes y llamadas telefónicas.
Esto le sucede de manera permanente y Noris preocupada comienza a investigar y descubre que la madre biológica, había dejado a su hija muy pequeña en la Mesa de Carache, con su abuela de apellido Capote y se había marchado del pueblo, Norys una joven inexperta pero con astucia, pide asesoramiento y decide denunciar el caso en PTJ, donde le recomiendan esperar que la mujer aparezca de nuevo y que denuncie ante la LOPNNA y otros organismos para evitar problemas posteriores, ahora se suma otra preocupación a Norys, pues descubre que esta mujer presuntamente ha estado presa durante todos estos años.
Sin embargo, por falta de recursos Norys no puede hacer nada, se limita a esperar para ver como se le da solución al problema, pasaron ocho años desde que Norys tuvo el encuentro con su aparente hija que le pide reconocimiento. Hoy la ciudadana Norys pese a que no ha visto personalmente a la mujer a la que un día le dio posada y ayuda, ha decidido hacer público su problema pues está siendo presionada y en medio de esto se encuentran un grupo de personas que están fungiendo como gestores para supuestamente ayudarla, pero no tiene confianza en ellos, pues no le parece que el procedimiento se esté llevando a cabo con transparencia. Norys solamente espera que las autoridades asuman esta situación porque ya la niña es una mujer con hijos y le está presionando para que la reconozca, además afecta a su núcleo familiar. Cuenta la Señora Norys, que el caso estuvo también en fiscalía y no quiere tener problemas legales, pues ella se considera en todo esto una víctima de Usurpación de identidad. Ella tiene sus cédula de identidad legal y el acto de presentación de la supuesta hija en una Prefectura de Motatan hace 17 años, es una ilegalidad. Pues fue presentada con la cédula de la ciudadana Norys.
