HACE 54 AÑOS SE PRONUNCIÓ EL MÁS EMOTIVO DISCURSO DE LA HISTORIA DE CARACHE



José Gregorio Torres.-   El 24 de junio de 1970, todo parecía normal, la Municipalidad de Carache, se aprestaba a celebrar con exasperada emoción el dia central de su Patrono Secular, el dia que los caracheros de todos los tiempos acogieron como fecha para celebrar su gran festividad, pues es el nacimiento del precursor, del hombre mas grande nacido de mujer alguna, San Juan Bautista. Pero este día sería especial pues uno de sus hijos predilectos, retornaba al Valle luego de una larga ausencia, para honrar a su Patrón y con el a todos aquellos personajes que le precedieron, que le alimentaron el orgullo de ser Carachero, y le inspiraron en su amor por el pueblo que le vio nacer,  ninguno antes, ni después ha superado aquel hermoso discurso lleno de pasión de poesía y sobre todo de amor por Carache.  
    Había llegado aquel personaje que con elegancia  cual peregrino sin aparente equipaje traía consigo en sus alforjas invisibles, una carga de regalos para su pueblo, regalos que nunca fueron suyos pues antes de concebirlos ya sabia que su papel era de simple mensajero del destino, ese destino que le hizo nacer en este Valle y que para muchos había sido designado por la providencia para mostrarnos el valor de la humildad de la fe inquebrantable y del desprendimiento por las cosas materiales.



    Quiso asemejarse a aquellos hombres y mujeres que le precedieron y que llegaron a este pueblo de diferentes partes del mundo,  para dejarnos su huella en la cultura que supera toda época, que reafirma el conocimiento en las diferentes expresiones y costumbres universales, en esas en las que el hombre se afianza para continuar la busqueda incansable del pasado, vivir el presente para mejorar el futuro, así llego aquel hombre que soñaba desde siempre con volver a su entrañable patria chica, pero que lo hacía ya preparado pues había en esos siete años, recorrido gran parte del mundo, teniendo como centro para irradiar su saber y su capacidad creadora, la eterna ciudad de Roma, desde el mismo Vaticano donde compartió una sincera amistad con el Pontífice Pablo VI. Fue Rodolfo Minumboc, Ciro Napoleón Benítez Gonzáles ese peregrino, el mismo que hoy a pesar de haber sido quien fue, sigue sin ser reconocido ni enaltecido en su verdadera dimensión, tal vez porque en vida el mismo mantuvo como fundamento de su vida y gran obra, la humildad y la modestia sin dejar de reconocerse a si mismo como un elegido de la providencia, para realizar la gran obra que enaltece hoy al pueblo de Carache su «Pequeña Europa.»



   Esa mañana se develarian algunas placas conmemorativas a  diferentes acontecimientos de gran importancia histórica para Carache, pues el Paso por este Valle del gran pasificador Morillo era una de ellas, ubicada en el Hotel Turístico Carache, pero también, la que señala donde vivió sus primeros años el gran escritor Gloria de las letras americanas,  José Gil Fortoul y como si fuera poco y para refrendar el boliborianismo que lo impregnaba de pie a cabeza, la placa ubicada en la Avenida Carabobo, que señala el sitio donde existió la Casa que albergo al Genio de america Simón Bolívar, en una de sus tres visitas que hiciera a Carache durante sus campañas libertadoras. Seria esta la apertura a otras visitas que Minumboc, más adelante realizaría, la que referiremos con los detalles que precedieron a este gran discurso de Orden, en el cual Rodolfo Minumboc se constituyó como el embajador de su pueblo Carache ante Roma y el mundo, al serle otorgado el título de Hijo Ilustre de Carache. (primera parte).

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