Por. José Gregorio Torres
Este viernes 28 de julio del presente año, se supo la noticia del lamentable fallecimiento de un carachero de lujo, un personaje popular que, si bien no ha tenido la connotación que le permitiera elevarlo a las cumbres de la fama, entre los más cercanos amigos, vecinos y paisanos, siempre fue considerado una persona de características muy particulares, pues era una de ellas la de ser persona humilde, conversadora pero, también un excelente músico popular, su guitarra Tatay fue en gran manera su apero o su escardilla, expresión del argot coloquial, sus instrumentos de labranza, porque había que verlo y escucharlo en sus días de parranda compartiendo su vasto repertorio musical, el cual, le permitía a quienes le escuchábamos hacer un verdadero recorrido en tiempos y espacios por la geografía latinoamericana. No había melodía que no conociera, autor y procedencia, era otra facultad que le adornaba, pues de lector empedernido, hasta ser el mejor cuentacuentos que pudiera jactarse de tener pueblo alguno.
Había nacido en Carache, un 1° de septiembre de 1939, criado por su abuela, entre todos los dones con los que fue dotado, se incluye el de ser, un consumado gallero, conocedor de las artes del juego de gallos, allí siempre se le vio recorriendo no solo, al Estado Trujillo y a las mejores cuerdas de la región, pues también como buen gallero, aprendió las técnicas de las crianzas y entrenamiento de estas aves a las cuales, dedicaba gran parte de su tiempo, como andariego contaba, el haber tenido que marcharse siendo niño aun, al Zulia, donde realizó sus estudios básicos, luego se vería en la necesidad de emigrar a Colombia donde trabajo como becerrero (peón que el hato cuida los becerros) más tarde, regresaría a Carache, donde sin dejar de hacer lo que más le gustaba tocar su guitarra, se hizo obrero de Obras Públicas, en sus historias como andariego, se jactaba de haber conocido y acompañado a una gran cantidad de artista reconocidos, pero por supuesto, esto formó parte de esa historias que a sus compañeros les contaba y las que, le hicieron muy reconocido.
Ya siendo un adulto se estableció en su entrañable y amado pueblo donde constituyo una familia residenciándose en la casa Materna la que fue de su abuela Juana Bautista Fernández, donde fue su crianza y en la que recibió las primeras orientaciones, guía para su vida. Ya siendo un músico experimentado y conocedor de este y otros instrumentos musicales, fue designado como instructor de música en el Complejo cultural Karachi a mediado de los años 70, donde ejerció durante un tiempo hasta la desaparición de este órgano cultural, luego se jubilaría y pasaría a la reserva dedicándose a su pasión, los gallos, sin dejar de participar en reuniones muy selectas con sus colegas músicos de Carache, El pasado jueves fue recluido en el hospital de Carache, rindiendo su alma al creador en horas de la madrugada del viernes. El pueblo de Carache y la familia cultural, se suma a los sentimientos de pesar por tan lamentable perdida y acompaña a sus familiares en tan difíciles momentos. Paz a su Alma.