Por. José Gregorio Torres
Ya hace más de medio Siglo que la Plaza Miguel Vicente Cegarra era tan solo una vereda, pero que nuestros habitantes en su educación y formación patria sabían reconocer como un emblema dedicado a nuestro Prócer burbusayero, quien había dado todo por el bien de la patria, en esos días las maestras y alumnos, asumían estas fechas para asistir con sendos homenajes a los héroes de la independencia, y uno de ellos era Miguel Vicente Cegarra, el prócer Carachero nacido en Burbusay, quién tomó las armas para luchar por la patria y ser un ferviente Bolivariano hasta la hora de su muerte. Por eso la Municipalidad junto al Ejecutivo regional y Nacional le erigieron una Plaza en Carache, La plaza Cegarra.
Hoy en lugar de este insigne patriota, ya ni su calle existe pues paso a ser Atanasio Girardot, héroe neogranadino que también merece sin lugar a dudas, honores por sus servicios a la patria héroe de la Batalla de Agua de Obispo, así perdió su arraigo en este pueblo el Prócer Miguel Vicente Cegarra y que solo en el puesto de la Guardia Nacional, una pintura del eterno Cronista José Juan Rodríguez, permanece incólume e indiferente su imagen en un lienzo. Regresando al tema principal que es la Plaza Antonio José Pacheco antes Cegarra, hoy al parecer, ante la mirada indolente de nuestras autoridades, nos hemos conformado con el epónimo más degradante pues ya no es la plaza Antonio José Pacheco, es la Plaza de los Borrachos.
Pero, irónicamente son precisamente los borrachos quienes se han constituido, en medio de sus desvaríos etílicos, en guardianes fieles de lo poco que queda de este monumento a la desidia y a la falta de patriotismo, desgraciadamente, quienes pensamos equivocadamente que en una revolución se valoran estas cosas, podemos evaluar que en el caso de Carache, poco les importan las fechas patrias, o los monumentos de nuestra historia, que solo son utilizados como slogan, para campañas electorales, para retoricas y frases vacías, es por eso que, vemos como este monumento que es emblema de nuestro principal poeta, autor del Himno del Estado Trujillo, hoy es un basurero público, unas ruinas que en sus mejores días fueron referencia histórica cultural, turística de nuestro Municipio y el Estado. Los vecinos del Bucarito, esperan que el Ejecutivo, el CLET y la municipalidad, asuman responsabilidades.
