Por. José Gregorio Torres
Nada permite con mayor precisión, determinar la situación de crisis que vivimos los caracheros, que sin lugar a dudas, es un reflejo de lo que está sucediendo en todo el país, si bien esto nos ha permitido que esa generosidad desbordada aflore entre los habitantes y vecinos de esta hermosa y humanitaria comarca, también es cierto que se hace necesario el auxilio por parte de organismos regionales nacionales e internacionales, pues por mucho que, se estira la cobija, esta realidad no nos permite cubrir como se quisiera todas las necesidades que a diario se presentan entre nuestros vecinos y amigos, pues la crisis generalizada que vivimos los caracheros, no nos aprueba llegar a ser tan generosos como quisiéramos y la verdad es que, la mayoría solo puede ofrecer de manera muy limitada una pequeña colaboración a la cual se suman las oraciones y las peticiones a Dios, para que el auxilio divino también llegue por vías milagrosas.
Esta situación que se está viviendo en Carache, hoy producida y agudizada por factores inevitables como fue la Pandemia, pero a esto se suma la crisis económica, sea cual sea su origen, por supuesto considerando que, somos un pueblo mono productor en el que buena parte de sus habitantes, viven o sobreviven de la renta de un salario, y un porcentaje menor, de lo que produce la agricultura, otro estatus más desfavorecido, solo vive de las pensiones y bonos que da el gobierno, así es como se sobrevive en estos momentos en Carache, En un ambiente triste y desolador, solo con la esperanza acompañada de la solidaridad y la nobleza de los caracheros, es que se logran superar algunas dificultades, pues gracias a la fe y a esta condición humana, se atienden las solicitudes que a diario afloran en las redes sociales, donde se puede interactuar y de esta manera, responder a cada situación individual con las variantes y gravedad que cada caso presenta.
Esta crisis profunda nos está enseñando a valorar la vida, la conducta social, actitudes humanas que cada hombre y mujer tiene como valor intrínseco que es necesario exteriorizar en el compartir diario con el vecino, pues hemos llegado al punto de tener que, dividir la arepa y la compañía, para solidarizarnos con el de al lado, y aunque todos somos pobres de alguna manera, nunca falta el pan en la mesa, pues así ha sido Carache siempre, amable, solidario y de una fe inquebrantable, características del venezolano promedio, ese que se solidariza en el mundo aun cuando irónicamente, ve a sus hermanos fallecer en el afán de sobrevivir.
Así somos los Caracheros, así es como sobrevivimos, no importa cuántos más aparezcan solicitando colaboración, pues tenemos como lema ese tan sonado dicho que reza “Hoy por ti mañana por mí”. A todas estas sería interesante y como una buena señal, ver a nuestros principales representantes incluyen al sacerdote, al director de instituciones escuelas y hospital, concejales prefectos todos los principales personajes e instituciones, encabezar una especie de junta de socorro, o algo parecido que encause no solo recursos económicos, sino los contactos y trámites ante organismos de salud, para que estos planteamientos, en orden de prioridades, sean atendidos a tiempo y con la urgencia que el caso, amerite.
