Por. José Gregorio Torres
Carache continua en medio de una disyuntiva, en cuanto a sus gobernantes, pues entre los que desde la Alcaldía, hacen un verdadero esfuerzo para lograr darle solución a los problemas del pueblo y los que por otro lado, dicen ser los dignos e inmaculados dirigentes del PSUV, partido secuestrado ungido de Venezuela, se encuentra un pueblo noble que lucha contra la pandemia y cuanto mal Dios permite, a lo que se suma, un gobierno paralelo para seguir arrastrando el karma de quienes le han dirigido estos últimos años con el lamentable saldo donde se destacan la imposición de las malas políticas, decidía, corrupción y otros males y prácticas detestables por parte de sus dirigentes.
Actualmente, se observa cómo se mantienen en el control de las políticas públicas personajes que a la vista de todos, son reprochables por cuanto en veinte años no han sido capaces de hacer una sola obra que el pueblo de Carache pueda mostrar cómo resultado de sus gestiones. Sin embargo, como no todo es malo se da el crédito al gobierno de Chávez los beneficios nacionales que llegan directamente por el sistema Patria, y a los que no han podido tener acceso, porque si se habla del plan de alimentación es conocido de todas las presuntas irregularidades con las que sus dirigentes han hecho su agosto, pero que no se han podido procesar en vista de la falta de estado de derecho.
Hoy al gobierno Chaperudo, le toca enfrentar esta situación en la que ya se están viendo las costuras, pues el PSUV, hoy secuestrado, sigue entorpeciendo la labor que con gran esfuerzo desde la Alcaldía realizan sus nuevas autoridades, pero no se puede obtener otra cosa de quienes han actuado al margen de la ley, ya que poco o nada se espera de quienes más que hacer algo por el pueblo, se han dedicado a destruir las pocas esperanzas que este tenía.
Así continúan apareciendo en las fotos los mismos que destruyeron la alcaldía y dejaron un saldo rojo rojito de destrozos, desvalijamientos y malos tratos a los caracheros, seguirán como los miércoles, atravesados e impidiendo que el Chaperudo le dé solución a los problemas que durante veinte años ellos no fueron capaces de solventar, ni aun teniendo todo el poder. Así son las cosas, en Carache.