ELDA MARÍA MARQUINA, LA POETISA DEL POTRERO DE CARACHE

Por.  José Gregorio Torres

Esta noble artista, cuya educación le permitió formarse en medio de dos mundos, uno que le garantizaba adquirir para su superación la oportunidad de llegar a realizar, una de las más aspiradas profesiones de su época, la de ser una educadora, que por vivir en un tiempo donde todas o la mayoría de las profesiones eran reservadas al varón y solo el de maestra, enfermera, ama de casa y rezandera, eran las únicas a las que una mujer de su tiempo podía aspirar. Ella optó por la más sacrificada, y la más noble, la de ser esposa y madre. Había nacido en el Potrero de Carache, el 28 de febrero de 1932, un año antes que naciera su primo y también Artista Ciro Napoleón Benítez González. Sus padres Octavio Marquina y Marcelina Marquina, le correspondió ser la quinta hija de este matrimonio, sus hermanos: Melania, María Julia, (Monja), María Transito, (poetiza) Atala de la Chiquinquirá, Marcos Tulio, y Teodardo. Su niñez se desarrolló en la comunidad de El Potrero, en medio de una vida campestre que le permitiría mantener aquellas imágenes intactas las que le servirían más adelante de musa para su obra poética.  

Más tarde se traslada a Carache, allí se residencia en la casa de su pariente Dr. Nemesio Sáez Marquina, donde se desarrolla su adolescencia en medio de un gran ambiente social y religioso, pues esta casa durante el siglo XIV y gran parte del siglo XX, era el centro de las actividades dedicadas a San Juan Bautista, allí se hacían todos los preparativos relacionados con las ofrendas y actos culturales para estas importantes fiestas religiosas. Hace sus primeros estudios en la Escuela Básica “Dr. Seijas” regentada por la Insigne educadora Señorita Guadalupe Román Colmenares, durante todo este tiempo compartiría gran parte de su adolescencia con su primo Minumboc, más tarde en el año 1954 a la edad de 22 años contrae matrimonio con Pedro Antonio Segovia Gil, unión esta de la cual nacen 8 hijos. Olga Celina, Gerardo, Mario, Diocelina, Hilda Mayela, María de las Mercedes, Celia Gerardina, y Amelia. A partir de esta nueva etapa de su vida decide regresar a su Potrero querido.

 Allí luego de haber adquirido esos conocimiento básicos de las letras, sumado al ambiente vivido en medio de toda aquella gama de Poetas Carachenses, como lo fueron, Luís Sáez, Rafael María Quevedo Viloria, el Padre José Maira Graterol, su pariente entre muchos otros que seguramente le despertaron la vena poética, comienza a desarrollar sus primeros intentos en este paisaje natural que le brinda, su suelo natal, ya en sus venas corre la genética irrenunciable del arte y las letras, haciendo un ejercicio experimental que le brinda una cultura, costumbres de una comunidad fértil para las manifestaciones artísticas poéticas y musicales, emprende su ingenua pero muy rica creación poética, la que durante el resto de su vida dedica para heredarnos hoy un rico patrimonio cultural que debemos ofrecer a esta generación actual y a las futuras.

A la par de su responsabilidad como esposa madre y Cristiana Católica, supo compartir su tiempo con las responsabilidades que le exigía ser una mujer activa dentro de su comunidad, siempre como buena heredera de los Marquina, asumió el liderazgo natural que hoy muchos Políticos envidiarían, pues desde ser una Catequista preparadora de niños para las primeras comuniones y confirmaciones, hasta hacerla de maestra cuando la titular del cargo no asistía por x circunstancia, así la recuerda la comunidad preparando, elaborando altares para los novenarios donde también hacía de rezandera. Sus poemas, décimas, aguinaldos, tonos y parrandas, conforman la gama de composiciones poéticas, de la cual extraigo algunos fragmentos para el disfrute de nuestros lectores. Pero más allá, para rendirle un sentido homenaje a quien en vida dedicó su inspiración en las más hermosas composiciones llenas de sabios análisis y reflexiones. Elda Marquina Marquina, falleció el 17 de septiembre del 2008 y su comunidad en agradecimiento a su noble labor, le colocó su nombre bien merecido a la Biblioteca y al Centro de Ciencias de la Escuela, de El Potrero. Que en Paz descanse… ELDA MARQUINA.