Por. El Profesor Carlos Grillet
En febrero de 2011, Luis Miguel asombró al mundo cuando se difundió que su presentación en el balneario de Viña del Mar – Chile – fue enfático que su espectáculo valía ¡un millón de dólares americanos!, cifra que si bien el productor y cantante mejicano es una de los mejores de Hispanoamérica no dejó de ser comentada por los medios de comunicación impresos y digital.
Para cancelar astronómica cantidad de dinero en un concierto que tiene una duración de noventa minutos, el empresario debe considerar varios puntos para lograr por lo menos recuperar lo invertido, aunque siempre Luis Miguel es una figura que garantiza el colgar el cartelito “Agotadas” en cada presentación en cualquier parte del mundo.
El aforo, es fundamental y el intérprete de “Cuando calienta el sol” siempre exige en sus contratos las respectivas medidas de seguridad requeridas para un evento masivo que sobrepasan las diez mil personas. La publicidad se suma a las estrategias que asegure el “pote económico” para el éxito desde lo técnico (pantallas Led, sonido, iluminación) hasta la logística de traslado del artista, músicos y coristas a un hotel de cinco estrellas, incluida la comida. Luis Miguel en Viña agotó las entradas un mes de anticipación.
En el Tour 2024, Luis Miguel pisará suelo venezolano, pues el 12 de febrero a las ocho de la noche en el estadio Monumental Simón Bolívar de Caracas – Coche – la compañía que trae su espectáculo en vivo espera rebasar las cuarenta mil personas y desde ya las entradas se pueden adquirir en puntos establecidos. Una figura de la trayectoria, calibre y peso musical como Luis Miguel, las crisis que puedan estar padeciendo los pueblos de América y el Caribe no está para “suplicar rebajas” porque como sea, él vale un millón de dólares y más, considerando los treinta años de fructífera carrera musical y discográfica. Multiplique, por favor, estimado usuario y usuaria semejante cifra que seguro no le alcanzará en su pantallita del dispositivo. Asombrosamente, muchísimos fanáticos y fanáticas de Luis Miguel seguramente dejarán su vida con tal de adquirir entradas desde cincuenta hasta ¡mil dólares! Yo me cuento entre los admiradores de Luis Miguel, pero no soy capaz de proponerme a invertir en un espectáculo en vivo – he tenido la fortuna en anteriores visitas del azteca a Venezuela de asistir a tres de sus conciertos de alta factura visual, vocal y musical – teniendo en cuenta prioridades de mayor envergadura: intelectuales, materiales y literarias que me permitirá crecer espiritual y profesionalmente.
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