EL DÍA DEL TRABAJADOR EN CARACHE, COMO EN TODO EL PAÍS SE CELEBRA TRABAJANDO

Por. José Gregorio Torres

Para ilustrar esta nota solo hay que remontarse a veinticinco años atrás, cuando aún era todo un acontecimiento ver en la televisoras Nacionales las grandes marchas que se realizaban en la capital de la República ante la convocatoria de las principales centrales de trabajadores, donde con grandes pancartas y espíritu de lucha los trabajadores junto a sus dirigentes sindicales se aprestaban a vociferar las consignas en las que se pedían a gritos las reivindicaciones salariales correspondientes,  las que a pesar de no satisfacer las necesidades en un cien por ciento, al menos permitían cubrir gastos  hasta adquirir bienes e insumos que podrían llamarse de lujo, viajar en vacaciones obtener algún bien o darse el lujo de visitar un buen restaurante cuando así se decidiera, pues había la oportunidad de ahorrar  prever algunas eventualidades. Hoy no se vive mejor que antes.

Gráfica referencial.

Pero, cómo se mantenía este estatus con toda la corrupción  desigualdades existentes, para eso podemos recordar un carachero muy versado en materia de estadísticas y números, quien fue en sus tiempos, un eficiente funcionario de la Universidad Central de Venezuela, donde ejerció y practicó esta profesión sin haber adquirido título Universitario, pero con su conducta de buen ciudadano,  haber sido alumno de su madre y heredero de varias generaciones de educadores, supo demostrar sus vastos conocimientos en economía,  este decía que en una pizarra de dos por un metro, se colocaban las sumas de dinero que ingresaban al presupuesto nacional y faltaban pizarras para llenarlas con las enormes cantidades de dinero que generaba este país, el cual le garantizaba sin duda alguna, ser el País más rico de Latinoamérica. Este fue el concejal dirigente político a extinto, Germán Briceño Bastidas.

En esos días el trabajador se sentía identificado con sus Centrales Obreras, sus sindicatos, sus representantes, aun en medio de las quejas  constantes y reclamos ante una dirigencia sindical corrupta que no dejaba de extraer sus beneficios particulares, generando grandes negocios con los dineros que los trabajadores depositaban en ellos, muchos de los cuales, sirvieron para financiar campañas políticas y permitir que estos llegaran a los más altos cargos del gobierno Nacional,  son  seguramente, los mismos alacranes que hoy heredan esas conductas que les permiten negociar con el gobierno a espaldas del pueblo opositor, los que ya tiene identificados. Hoy menos que nunca los trabajadores, se sienten defraudados ante una casta nueva de sindicalistas que no representan a la clase obrera y trabajadora, pues en su mayoría, en el caso de Carache, los títulos sólo les han servido a los trabajadores y profesionales, para secarse el sudor en las vegas, porque sin sentir vergüenza han tenido que, compartir este honroso trabajo de la agricultura con los padres  y alumnos de sus escuelas, pues no les alcanza el salario más que para sobrevivir a duras penas.      

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