DOS BENEFACTORES DE CARACHE SE HAN MARCHADO JUANA MATERANO Y EMIRO TORO

Por. José Gregorio Torres

No es fácil para el ser humano las despedidas, menos si son definitivas, esa en la que sabemos que ya no volveremos a ver a quienes han sido nuestros benefactores, nuestros amigos o familiares, es una circunstancia inevitable y hasta cierto punto dolorosa, en ese contexto debemos enmarcar este pequeño pero significativo acuerdo póstumo, en el cual dos personajes de nuestra comunidad, dejan esta vida para marchar al encuentro de sus creencias, más allá de lo material, porque entre su avatar terrenal no dejaron atrás sus raíces y sus creencias más firmes, pues sabían de este momento crucial, en el que todo se resume en un rendir de cuentas para poder traspasar el umbral, y que les garantiza la vida eterna en paz junto a su creador, ellos que no conocieron ni aceptaron estos nuevos tiempos modernos, pues su formación les preparo para el cumplimiento cabal de sus acciones y conductas, siendo inspiración de una nueva generación.

JUANA FRANCISCA MATERANO DE TROPETERO, Mujer de hogar, campesina llegada a Carache, donde conformo junto a Paz Trompetero una humilde familia al amparo de sus creencias, pues fue junto a sus antepasados, heredera de una de las manifestaciones más antiguas del Estado Trujillo, haciéndose desde muy joven vasalla en el culto a San Benito de Palermo, con el cuál creció como heredera de la fe de sus progenitores, y trajo a Carache para su veneración este hermoso culto al santo negro de Palermo, en el cerro de la Cruz se le reconoció como capitana de su creencia, esa mezcla de religiosidad pagana, y su fe a la Santísima Virgen, dónde supo llevar su vida y traspasar sus creencias a los hijos, quienes hoy les reconocen su apostolado recibiendo de ella esta hermosa herencia, ya Juana Francisca seguramente ha sido recibida en su cielo con tambores, y para los caracheros será siempre una referencia al culto del Santo negro de Palermo.


Se suma en esta nota triste pero satisfactoria por sus frutos, para honrar la memoria de quien también deja este plano, con una gratitud por parte de quienes le conocimos y que al igual que Juana Francisca, pero en otro contexto de la vida social de Carache, deja un legado de virtudes a sus descendientes, EMIRO CESAR TORO, de quien Minumboc daba referencia parental y a quien encomendaba la restauración de su casa natal como el futuro Museo de Carache, de funcionario policial con conducta intachable a constructor y restaurador de casas viejas, a quien su comunidad de Mirinday como eficiente albañil, le debe el legado de su único acueducto, el catire Emiro para unos, y para otros, el benefactor oportuno, a quien su sobrino Fermín el poeta, le erige como epitafio una emotiva y póstuma décima y que por razones de espacio al igual que sus reseñas tenemos que omitir, comprometiéndonos a hacerlo en posteriores publicaciones. Paz a sus Almas.

Decima póstuma al Benefactor Emiro Toro. por su sobrino y poeta Fermín Toro.
Toque de tambores de San Benito de Palermo en Romerías en Carache.

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