DESAPARICIÓN FÍSICA DE LA MAESTRA NERI PICHARDO, GRAN PÉRDIDA PARA CARACHE

Por. José Gregorio Torres

Como toda persona humilde la maestra Neri Pichardo, asumió su profesión con gran espíritu y vocación de servicio, desde muy joven se inclinó por la enseñanza, nada más profundo en el ser humano que asumir como proyecto, la orientación y la formación de sus congéneres, esa fue la maestra Neri, conocida más cariñosamente como la nena, así asumió la responsabilidad, para ello se preparó no solo recibiendo en las aulas universitarias la formación necesaria para tan elevada misión, sino que supo ver y emular en el ejemplo de sus maestros antecesores, las actitudes, conductas de quienes fueron pilar fundamental para lograr su nivel y su consolidación como maestra de aulas.

La maestra Neri, para sus alumnos,  para sus colegas, pero para sus amigos y muy allegados, fue la nena, mujer de armas tomar, la que nunca se amilano aun en las dificultades más grandes, en los desafíos de su profesión o en los de su humilde hogar, mujer alegre de buen trato, firme en sus decisiones, emprendedora de ideas prácticas, con un gran sentido de solidaridad, no le fue fácil desprenderse de su profesión a la que le dedicó todos los años necesarios hasta tener que despedirse formalmente del magisterio, sus alumnos le deberán recordar sin duda por su particular manera de enseñarlos, con ejemplo prácticos para que en su futuro no les fuese fácil engañarlos, pero también que no se hicieran engañadores de oficio, La maestra Neri fue una de las pocas maestras que resumió una generación de educadores rurales con una amplia gama de conocimientos. Esa fue la Maestra Neri.

Nada en el tiempo muere cuando se ha sembrado tanto para el futuro, así se debe recordar a quien fue una de las maestras rurales que bien supo representar su gremio, hoy la ha sorprendido la muerte, pero para eso también la gran maestra se preparó, pues sus últimos años luego de haber cesado en el magisterio, no dejó de educar de formar, orientar a sus niños, como Cristiana católica, asumió el reto y el compromiso de convertirse durante muchos años en catequista, allí en su más profunda convicción de fe, supo trasmitir al igual que en su escuela, los principio básicos del cristiano, ella no seso en educar, y como catequista también serán incontables los que le agradecen su formación espiritual, pues en la fe nació, en la fe creció, en la fe supo vivir su vida de permanente análisis aplicado a su hogar porque también fue una excelente madre para sus hijos y para sus amigos una gran y fiel amiga.

Se puede resumir que la maestra Neri ya está camino al cielo, pues se preparó seguro para ganar el privilegio de la eternidad del cielo y en la tierra su mayor premio será el recuerdo de quienes le conocieron.  Descansa en Paz Neri Pichardo.

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