Por. José Gregorio Torres
La mejor referencia que puede tener de esta festividad llamadas del rey momo, en el pueblo de Carache, se remontan a principios del siglo pasado, seguramente, no fue fácil dar paso a esta celebración, puesto que para la época esta comunidad aún mantenía sus raíces muy profundas y firmes en la religión católica, no se puede olvidar que los preceptos y fundamentos de esta religión, están centradas en la confrontación con las manifestaciones mundanas y estas fiestas son precisamente vinculadas desde sus orígenes con expresiones burlescas y fuera de lo que predica la religión Católica.
Es posible que al principio estas festividades carnavalescas lograron su cometido de convertirse en una fecha tan importante como cualquier otra, en principio por desconocimiento de sus orígenes, pero que por la manera en que se asumió y quienes se encargaron de promoverlas, lograron tener éxito en medio de una sociedad estrictamente religiosa culta, extremadamente prejuiciosa, sin embargo, como una fiesta que involucra la creatividad y en general a la cultura, esta fue asumida por la sociedad y hasta el día de hoy precede a las celebraciones religiosas de la iglesia católica ya que finalizan un día martes vísperas de la cuaresma y la que se inicia el miércoles de ceniza.
Muchos han sido los personajes de Carache que han liderado estas festividades carnestolendas, entre los que se recuerda, al Bachiller Fortunato Piedra, quien era un entusiasta comerciante que a principio del siglo pasado promovía desde sus múltiples responsabilidades públicas y privadas la programación que incluía toros coleados pintorescos desfiles, bailes populares y de disfraces, el club social Concordia también se sumaría más adelante cuando la sociedad Carachense, se fue integrando al civilismo que imponen los cambios de la sociedad, estas festividades carnestolendas fue asumida posteriormente, por otro personaje de Carache, entre ellos el polifacético, dinámico y creativo José de Jesús Montilla, quien desde el seno de su propia familia, se encargaba de gran parte de las festividades. Hoy esta manifestación se mantiene como parte de las culturas importadas de Europa y Asia, pero más entusiastas y como una oportunidad que se manifiesten las diferentes expresiones creativas de los imagineros artistas y cultores locales.