CARACHERO, SABÍAS EL ANTECEDENTE DEL CACEROLAZO ES  VENEZOLANO    

Desde el emblemático Caracazo de 1989, el sonido estridente de las ollas ha sido un acompañante constante en la narrativa de protestas y disidencia en Venezuela. Este fenómeno surgió en medio de una crisis económica desgarradora, desencadenada por el ‘paquetazo’ del gobierno de Carlos Andrés Pérez, que desencadenó una ola de descontento popular.

El 27 de febrero de ese fatídico año, las calles se convirtieron en escenario de protestas que se tornaron violentas, resultando en saqueos, disturbios y una represión brutal por parte de las fuerzas del orden. Oficialmente se reportaron 276 muertes, aunque extraoficialmente se estima que la cifra podría ascender a 2.000 vidas perdidas.

Este punto de inflexión histórico marcó el ascenso del chavismo al poder, un movimiento político que también tuvo que enfrentar el sonido incesante de las cacerolas como forma de protesta. Desde 2001 hasta 2012, la cacerola se convirtió en el símbolo sonoro de manifestaciones tanto a favor como en contra del gobierno.

El 11 y 14 de abril de 2002 quedaron grabados en la memoria colectiva: los antichavistas hicieron resonar las cacerolas cuando Chávez dejó provisionalmente el poder, mientras que los chavistas respondieron con el mismo estruendo cuando el fallecido Chávez fue restituido en su cargo.

A diferencia de los cacerolazos en otros países como Argentina, en Venezuela esta forma de protesta se caracteriza por su realización desde los barrios, asomándose desde las ventanas. Esta particularidad permite a los ciudadanos alzar su voz sin temor a represalias o verse envueltos en actos vandálicos, creando un espacio para la expresión popular desde la seguridad del hogar.

Alix Román Reportero Comunitario

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Un comentario sobre «CARACHERO, SABÍAS EL ANTECEDENTE DEL CACEROLAZO ES  VENEZOLANO    »

  1. Qué lástima que ahora no eso se puede hacer, si tienes un vecino que piense diferente a ti te denuncia y te llevan detenido, o te desaparecen. Esa es la diferencia entre dictadura y democracia

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