José Gregorio Torres – En el amanecer del domingo 24 de diciembre, nos sorprendió la triste noticia de la repentina muerte de un gran ser humano, una persona a la cual Carache reconoce una gran humildad, y con ella su entrega a la responsabilidad con la cual asumió cada una de sus tareas, tal vez sin pretender hacer más de lo que su creador le dio como responsabilidad, para que con ella demostrará su ingenio y personalidad, ese fue JUAN BAUTISTA MORALES CASTELLANOS, amigo de todos y excelente ser humano. Un inmenso dolor se extendió en aquellos que lo conocimos, ante la inesperada y dolorosa noticia, tal vez Juan estaba débil, sensible ante el momento que se avecinaba, pues en medio de su modestia, también recibiría en este mes otras emociones que le producían el reencuentro con los músicos y los amigos de otros tiempos, tanta emoción no le permitió llegar a tan importante evento.
La verdad es que esta infausta e inesperada noticia, recorrió el vecindario causando un profundo dolor en aquellos que lo conocimos, sentimiento compartido con los que vivimos de cerca, la intimidad y la familiaridad de su hogar, un hogar pleno de amor, de alegría, de camaradería, pero también de reencuentros con el arte o con cualquier tema de actualidad, un hogar donde antes de que llegaran los malos tiempos, era un grupo familiar inseparable compacto, un equipo dispuesto para todas las adversidades, y es que Juan siempre supo dirigir el timón de su familia, donde el equilibrio lo conformó sin duda, esa gran mujer que fue su compañera inseparable, la que hoy sufre este momento amargo de la vida, Nancy Morales de Morales, ella que fue su mano derecha, con quien Juan un día tomó la decisión de conformar esta hermosa familia.
Hoy sus hijos Juan Carlos, Mayerlin, Carlos Eduardo, Nailin y Jhohan Morales Morales y sus queridos nietos, lloran inconsolables a su amado padre y abuelo, a su guía, su ejemplo a seguir, a su amigo, porque ellos también formaron parte de ese equipo que con acierto fueron creciendo y formándose en esa ideas creativas, para hacer realidad los sueños de todos, los que formamos parte de los primeros carnavales, donde Juan diseñaba junto a su familia las hermosas Carrozas con las que contribuyó en gran manera para sus realce definitivo, Juan era el centro, el corazón, el sentimiento que animaba la creatividad de toda una comunidad, hoy heredada por sus hijos y nietos, Juan también fue músico y en ello trabajaba para el reencuentro, lamentablemente Dios dispuso que no estuviera en cuerpo presente, pero seguirá en el corazón y en el recuerdo de un pueblo que extrañará sus ideas y su gran solidaridad, este lunes 25 de diciembre se realizan las ceremonias de entierro, lo acompaña su pueblo sus familiares, sus amigos, quieren darle el último adiós, y con ello reconocer y agradecer su obra, su amistad, su solidaridad, sus enseñanzas y su entrega al trabajo responsable, mientras hermanos, esposa, hijos y nietos, reciben con humilde agrado, todas estas manifestaciones de aprecio con las cuales Juan mostro su inmenso amor por Carache y por cada cosa que emprendió desde su aporte a la escuela de la Playa, donde laboro durante muchos años hasta su jubilación. Para los caracheros también es una pérdida irreparable, deja como parte de su obra para recordarlo, su último trabajo en equipo, la decoración de la plaza Bolívar con los motivos navideños, “El hombre muere cuando desaparecen sus ideas”, no es este el caso, pues Juan Bautista Morales Castellanos, prevalecerá en sus hijos y en sus nietos y más allá, en el tiempo y en la memoria histórica de su pueblo natal, Carache.
