Por. José Gregorio Torres
No es la primera vez que sucede, es el comentario que como consuelo le queda a los caracheros, quienes durante muchos años se sirvieron en los quirófanos que desde el gobierno de la Cuarta República y de Miguel Rincón se encontraban prestando servicio en el Hospital I “Doctor Quevedo Viloria” de Carache, es que si continúan con el trabajito de desvalijamiento, pronto se estará pidiendo cacao en cualquier emergencia que requiera de este servicio de cirugía, es lamentable pero cierto. Según los informantes de Elcarachero.com, una comisión debidamente autorizada llegó al hospital para cometer el atropello sin que nadie pudiera hacer nada pues por todos es sabido que de alguna manera las influencias chavistas que hoy dirigen ese hospital no tienen las agallas para asumir el papel de resguardo y defensa de ese importante centro de salud. Estos equipos se habrían logrado en el primer periodo de la gestión del burgomaestre Miguel Rincón entre 1996 y 2000, habían permitido la realización de varias intervenciones quirúrgicas mediante operativos realizados por diferentes Fundaciones con cooperación del Ministerio de la Salud.
Por lo tanto, comentan los que observan, ya es historia, cómo se continua desvalijando una institución a la que tanto le ha costado obtener estos recursos, pero también queda en el ambiente la duda de ¿cómo? si este hospital tiene una gerencia, una dirección, una comunidad organizada y un personal, que también puede llegar a necesitar de estos recursos, permitieron tal acción, la verdad, es que en este pueblo al parecer, no hay autoridades, no hay gobierno porque en otro lugar esto seguramente, no sucede al menos, no ante la indolencia de los propios administradores, lo inconcebible es que estos aparatos están en el hospital desde hace más de veinte años y nunca se habían atrevido a cometer tamaño acto contra los bienes que ya son de este pueblo, esfuerzo de otros caracheros que si mostraron amor y preocupación por Carache, porque al final, el daño se le hace a todas las comunidades alejadas que con un operativo pueden ser intervenidos ahorrando, no solo dinero sino las incomodidades que generan esta situación. ¿Quién autorizó la salida de los equipos? ¿Dónde está el Consejo Comunal?
Ahora le toca a las autoridades del hospital responder ante este ultraje que se comete entre gallos y medianoche, que ha sido el pan nuestro de cada día, pues a la manera de los peores delincuentes actuaron de nuevo y se hicieron cómplices para permitir que se despojarán estos equipos, ojalá no sean ellos y sus familiares los que tengan que necesitar de estos quirófanos de emergencia porque así solamente se darían cuenta el significado y la magnitud del daño que se está cometiendo contra los habitantes del pueblo de Carache, ojala y estemos equivocados y estos aparatos regresen de nuevo a su lugar de origen porque de otra manera, quienes hoy permiten este abuso y atropello deberán rendir cuentas por este hecho que demuestra el poco amor, sentido de pertenencia. Amanecerá nuevamente y Carache seguirá esperando respuestas.
