Por. Lic. Elena Hernández
Partiendo de los dichos sabios de los ancestros, se tiene la creencia de que cuando tiembla en época de lluvia, significa verano, así desean los caracheros que suceda, pues a pesar de haber esperado durante tanto tiempo las lluvias, el problema es que cuando llueve, significa colapso total de los diferentes acueductos que surten del vital líquido a esta laboriosa y muy golpeada comunidad de Carache. Por lo que el dicho más popular para estos casos es el de “si no lo agarra el chingo, lo agarra el sin nariz,” es que con todo lo que ha venido pasando con relación a la naturaleza y los malos gobernantes, no se sabe cuál le ha hecho más daño a este pueblo, pues sin duda para nadie es un secreto que en el caso del acueducto, ha faltado principalmente voluntad política para darle solución a este endémico problema. Al que se suma también la falta de solidaridad y visión al respecto por parte de las mismas comunidades involucradas.
En la Actualidad y apenas comenzando las lluvias ya se ha visto como se ha interrumpido varias veces el servicio debido a algunos derrumbes, crecientes y rupturas de tuberías, esto ha ocasionado que al llenarse de lodo o barro, colapsen y en algunos casos revienten y por ende el caos se apodera de las comunidades, a esto se agrega en muchos casos, la falta de implementos y materiales así como los recursos suficientes para superar las averías, sin embargo se conoce de los esfuerzos casi sobrehumanos que vienen realizando los trabajadores de la actual administración municipal.
Es que no es fácil superar los embates de la naturaleza con una administración de recursos mínimos, sin posibilidades de atender como se quisiera estas emergencias, sin embargo, los esfuerzos son supremos y así se puede constatar por cuanto a pesar de las múltiples limitaciones, se intenta paliar esta situación que lleva muchos años padeciendo, la decidía y la falta de gerencia por parte de los representantes, “se hace lo que se puede” es la frase más común, la otra es “esto fue lo que nos heredaron los revolucionarios” y para los que se fueron , “Esto no es mi competencia”. Así se sigue cargando con este Karma que más que una bendición, es un problema que amerita ser atendido con la emergencia necesaria.