En Carache, la tradición de las rifas ha evolucionado para convertirse en una práctica cotidiana que combina tanto el espíritu solidario como el afán de lucro. A través de las redes sociales, se promocionan variadas rifas que van desde autos y motocicletas hasta teléfonos y bultos de harina.
Lo interesante de esta dinámica es que detrás de cada rifa se esconde un propósito dual: por un lado, la recaudación de fondos para causas benéficas, como ayuda médica; y por otro, la oportunidad de hacer negocios a pequeña escala.
Los habitantes de Carache dedican en promedio entre 5 a 10 dólares mensuales para participar en estas rifas, donde algunos lo hacen impulsados por la solidaridad y otros con la mira puesta en el ansiado premio.
Este peculiar fenómeno invita a reflexionar sobre la ambivalente naturaleza de las rifas en la localidad, dejando a criterio de cada individuo la interpretación de si se trata principalmente de una forma de ayuda comunitaria o de un próspero negocio local.
¡Déjanos tu opinión sobre esta dualidad en la tradición de las rifas en Carache!
Carlos Grillet Reportero Comunitario.