Por. José Gregorio Torres
Carache ha sido desde tiempos muy remotos, un pueblo con gran vocación, de una gran fe y de tradición religiosa, tal vez esto ha sido principalmente una de las características que le ha permitido, ser privilegiado a la hora de contar con nuevas vocaciones religiosas y especialmente en lo que se refiere al sacerdocio, pero hay que tener en consideración que todo obedece a un ámbito y a un ambiente en el cual nuestros jóvenes y adolescentes muestran desde edades muy tempranas una conducta que apunta a la convicción y a la definitiva conclusión de asumir el celibato, como parte de la entrega al servicio de la iglesia, y es que es importante considerar que para quien lo aspira, es un sacrificio de plena conciencia por lo que significa la vida Sacerdotal, Alí Enmanuel como todo joven con aspiraciones con sueños y esperanzas, después de once años de sacerdocio, mantiene viva la llama de su profesión pero más importante de lo que significa, ser guía espiritual de un rebaño heterogéneo con diferentes maneras de pensar y de conducirse. Es allí donde cada día Alí Enmanuel se fortalece.
Para este Joven Sacerdote carachense, el apoyo moral y económico de su comunidad, fue fundamental durante sus estudios iniciales en el seminario, y es que en Carache no ha faltado esa mano solidaria, ese afecto y calor humano que los caracheros asumen, cuando uno de sus hijos decide abrazar la fe y aceptar el compromiso de hacerse sacerdote para siempre, como es el caso de Alí Enmanuel, quien asumió desde su infancia ese compromiso de emprender el difícil camino del sacerdocio, con un convencimiento de su decisión pues quienes lo conocieron aún en su adolescencia pudieran pensar que no lograría su meta, solo que cuando Dios dispone que así sea, nada ni nadie puede cambiar lo que ya es un mandato más allá de lo meramente humano y terrenal y es así como contra cualquier pronóstico ese joven de origen humilde, al igual que su tío José Magdaleno, se entrega por completo a sus estudios en el Seminario, hasta que en el año 2011, logra recibir el diaconado de manos de Monseñor Vicente Ramón Hernández Peña, y a partir de allí se empieza a forjar su personalidad recibiendo el sacerdocio el 24 de noviembre del 2012. De manos de Monseñor Osvaldo Azuaje, Obispo de la Diócesis de Trujillo.
El joven Párroco, hoy se suma a la lista innumerable Sacerdotes que en diferentes tiempos y edades, hicieron y forjaron con su presencia y obra, el orgullo de los caracheros, de la iglesia católica, de la historia de Carache, pues al Padre Alí Enmanuel le precede el prestigio y la brillantez con la que se conduce su tío el Presbítero, José Magdaleno Álvarez Briceño, hoy Párroco del Santuario José Gregorio Hernández de la Parroquia Niño Jesús de Isnotu, y quien seguramente ha sido ejemplo inspirador y alimento de esa personalidad noble y de entrega, asumida con gran humildad desde su primer responsabilidad como Párroco, asignada por la Diócesis de Trujillo, y su Obispo Monseñor Osvaldo Azuaje, en la Parroquia Santo Domingo de Mamporal, Estado Miranda, perteneciente a la Diócesis de Guarenas, donde ejerció por tres años dejando allí una honda huella como un excelente guía espiritual, de allí fue nombrado párroco de San Bernabé Apóstol de Niquitao donde se encuentra actualmente ejerciendo el Presbíterio, Alí Enmanuel como buen carachero, no pierde su profundo lazo y amor por Carache, y por ello cada vez que tiene oportunidad viene a visitar a su abuela Mariana, fuente de crianza y de inducción al sacerdocio, virtud y orgullo para esta matrona quien tiene para si la suerte y bendición de contar con un hijo y un nieto servidores fieles de la fe católica, sacerdotes orgullo de Carache, desde su Periódico Digital valla nuestra Felicitación, para el Presbítero. Alí Enmanuel Benítez Álvarez, en su décimo primer aniversario de Ordenación Sacerdotal.
