Por. Yoleida Fuentes
La onicofagia, comerse o morderse las uñas, es un hábito común en niños y adultos, afectando aproximadamente un 20-30% de la población.
Este comportamiento puede causar daño físico en dedos, cutículas y dientes, además de aumentar el riesgo de infecciones.
El hábito también impacta la autoestima y puede generar ansiedad social, agravando el problema, y afectado la salud social.
Factores como ansiedad, estrés y aburrimiento contribuyen al desarrollo y mantenimiento de este hábito nocivo en individuos.
Algunas estrategias para reducir la onicofagia incluyen técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual y productos amargos en uñas.
Lograr el autocontrol y crear conciencia sobre la onicofagia son aspectos claves para superar este desafío y mantener la salud.