Por. José Gregorio Torres
En todo este recorrido que hemos venido haciendo por la historia de Carache, hemos aprendido muchas lecciones que nos llevan inexorablemente, a reconocer nuestra falta de sensibilidad por algunos personajes que si bien, no son de Carache por no haber nacido en su suelo, también sería injusto decir que son extraños a nuestro gentilicio, porque su labor y su amor expresado en sus acciones y sus afectos desbordados, sobrepasan en muchos casos a los mismos coterráneos que sin el menor sentimiento, se han quitado el barro de sus alpargatas, olvidando sus raíces y sus ancestros. He querido comenzar esta nota con un tono un poco recriminatorio y crítico, pero necesario para resaltar la labor de un personaje que en medio de sus ocupaciones y su distante residencia, no ha dejado de mostrar su apego a este terruño, el cual adoptó para sí, como si fuese su segunda patria chica.
Es el vals Carache, parte de su creación, asumido como nuestro segundo himno local, ya en una oportunidad a Felipe González, se le realizó un homenaje, y la municipalidad lo declaró Hijo Adoptivo de esta tierra, y no era para menos, pues su inspiración, le han hecho merecedor de esto y más, porque, dónde va el Carachero que no lleve en su corazón y en sus labios, la letra del vals Carache, ese que brotó de la destreza y genio de la pajuela del maestro Don Víctor Durán, cuantas veces pudimos ver, deleitarnos con estos dos personajes, cuando a la casa del Maestro, llegaban delegaciones de músicos reconocidos de diferentes latitudes y regiones del país, para rendir homenaje al gran maestro de la mandolina, entre otros el maestro Felipe González, genio de la rima en verso, la cuadratura y la sutil composición, que le da a su vals Carache, la percepción de un profundo amor por el suelo que le retribuye, ese mismo cariño que retroalimenta sus sentidos y lo hace cada día más hijo de este valle de San Juan Bautista.
Recordar a Felipe González es recordar a Víctor Durán, pero también es recorrer toda la geografía trujillana, porque sus composiciones no se limitan a su ciudad natal Barbacoas del estado Lara, y se ha hecho universalmente, un verdadero representante del sentimiento nacional, incontables géneros y expresiones rítmicas, forman parte de su repertorio, cuantas composiciones que aún están en el anonimato, cuantos paisajes ha dibujado con su pluma y su talento el maestro Felipe, quien tuvo la suerte de nacer en un pueblo fronterizo, lo que le permitió fundirse en dos culturas de una misma raíz, Girajara, y Cuica, porque, así es nuestra historia una sola; fundida en expresiones que dan riqueza a nuestro patrimonio. Sin duda, para los Caracheros, tener al maestro Felipe González como hijo adoptivo, es uno de los orgullos que resalta en medio de nuestra historia y le da un sitial a sus valores, pues hablar de Felipe es hablar de Manuel Santelis, Roberto Román, Rafael Vásquez, Ramón Rivero, Ernesto Graterol, Augusto Fernández, Antonio Navarro, Moisés Viloria, Juan Hernández Izarra, Abelardo Infante (Jalisco), Jesús López (chuy) y tantos otros. He aquí esta breve nota como un modesto homenaje a quien con su amor por este nuestro terruño dedicó gran parte de sus composiciones a enaltecer y homenajear al pueblo que hoy lo asume como su hijo adoptivo por excelencia.
Vals Carache.
Letra: del maestro Felipe González. Música: del maestro Víctor Durán Benítez.
Cual paisaje plasmado por maestro pinceles, de un lindo paisaje en donde se dan cita las canoras aves, a ensayar su voz, ahí se encuentra Carache, bañando las frondas de su fértil valle La siempre cantarinas, y límpidas aguas del río Minumboc.——————
Alegres campanadas se oyen ya, en la clara mañana al despertar por agrestes caminos baja el campesino el día de San Juan, y en la noche callada bordada de estrellas de un lindo fulgoren cada serenata, a las Caracheras les brindo mi amor.
