Por. Sala Situacional
Hace cincuenta años el Concejo Municipal de Carache ya sancionaba la ordenanza para el control de la pesa del ganado bovino y porcino o cualquier otro de consumo humano, para ello, se construyó un Matadero Municipal, el cual haciendo un poco de historia y referencia, para los que cuentan con menos de cuarenta años, el mismo funcionaba donde hoy está ubicado el Mercado Municipal. Desde sus inicios, era administrado por la municipalidad, lo que le permitía en primer lugar, garantizar la salubridad y sanidad de los animales que eran beneficiados en esa sala de matanza, además, le permitía al municipio, ingresos por concepto de esta actividad, más adelante, con las nuevas leyes reformadas al respecto y que tienen relación con el control sanitario, se ha venido mejorando las medidas y garantías de control con respecto a esta actividad, la misma, debe ser desde cualquier punto de vista, vigilada y controlada por el estado.
En Carache, durante muchos años existieron los comerciantes que por la búsqueda de mejores ganancias y por la falta de conciencia, caían en la tentación de comprar animales sacrificados en solares, terrenos baldíos y hasta de muertes sospechosas, cosa que de alguna manera, se convertía en un riesgo mortal, pues un animal contaminado o infectado con algún tipo de enfermedad, podía significar la transmisión de enfermedades infectocontagiosas mortales, por lo que se puso muy de moda la famosa expresión: “Chino con fruta”, enfermedad conocida como la forma larvaria de la Tenia Solían, denominada cisticerco, a la que la gente le temía por ser capaz de producir la muerte, igualmente, cuando un bovino, está enfermo y no se detecta al momento de ser sacrificado, se corre el peligro de contagiar a quien lo consuma.
Es importante, hacer un llamado de atención a las autoridades municipales, quienes en la actualidad tienen la responsabilidad de garantizar que la Sala de Matanzas sea exclusivamente el lugar donde se sacrifiquen los animales que se expenden en las carnicerías de Carache, por otra parte, la certificación sanitaria correspondiente, debido a que sería una irresponsabilidad de los organismos responsables o de cualquier funcionario que teniendo conocimiento de esta irregularidad, no la denuncie a tiempo, seguramente, este llamado de atención pondrá en alerta a los infractores inconscientes, que pudieran estar realizando estas prácticas y que no solo afecta los ingresos municipales sino, mucho más grave, estarían poniendo en riesgo la salud de los Carachenses. Sería importante, que de una vez, se realicen las Inspecciones Sanitarias en estos establecimientos y exigirles el cumplimiento de la ORDENANZA MUNICIPAL que lo rige, así como de las autoridades de sanidad para que, se controle la procedencia de estos animales, que pudieran estar siendo sacrificados fuera del matadero, sin la debida revisión, inspección y autorización sanitaria.
