Por. El Profesor Carlos Grillet
Los programas sabáticos de los prestadores de servicios de televisión por señal libre dictan poco lo que pretende ofrecer a los usuarios y usuarias. La televisión no compite con las plataformas digitales, de allí que Netflix, Disney y HBO a pesar de la actual crisis de guionista en Estados Unidos y su recesión económica les da “matarile” a la televisión no solo a Venezuela sino en todo el orbe. Producciones anacrónicas, repetitivos y carentes de calidad que en nada se apega a los valores artísticos, familiares e informativos que permita a la audiencia comprender una realidad y alternativas hacia el talento venezolano y creadores de contenidos. Espacios de entretenimientos empañadas de lenguajes y expresiones que empobrecen el castellano y el circo de ideas emocionalistas de sus animadores y animadoras que en contraste a verdaderos musicales son pobres y contraproducente.
Trato de encontrar dónde está la originalidad en Super Sábado Sensacional por VENEVISIÓN o los viejos refritos de conciertos de LA TELETUYA desperdiciándose un valioso tiempo en la televisión que por demás es carísimo y soportar a productores que procuran imponer sus devaluados enfoques musicales alejados del profesionalismo, ética y respeto hacia los usuarios y usuarias que observan cómo en una transmisión en vivo están desconectados de la calidad, incapaces de mejorar y respetar a los venezolanos y venezolanas.
Si de algo le agradezco a todos los prestadores de servicio televisivo es que dentro de sus parrillas – programación – mi hábito de la lectura sigue en potencia y variedad. No recomiendo para nada Súper Sábado Sensacional y los enlatados de sus vecinos que a la final jamás llega a los saltos lógicos, estéticos y de jerarquía por conclusiones victoriosas hacia los musicales y programas para la familia.