Por. José Gregorio Torres
En estos días de tanto análisis y de situaciones difíciles, donde lo que es menos importante para muchos es el análisis de la cultura y todo eso que, no produce más que satisfacciones personales, donde se anteponen las necesidades de solventar el día a día, nos encontramos con personajes, situaciones que nos permiten reflexionar, hacer análisis de las circunstancias y porque llegamos a ellas, pero que solo con la experiencia y la entrega a lo que creemos es válido, es cuando logramos entender muchas cosas, una de ellas es que no dependemos de nosotros mismos, siempre habrá una fuerza superior para que las cosas fluyan y se logren con éxito nuestras ideas, proyectos y todo cuanto nos propongamos, pensando siempre que no estamos solos, que siempre habrá alguien o algo por quien o porque luchar, pero también en lo colectivo, así nace para Ramón “Modo hervir”, una manera de expresar la necesidad de lograr grandes objetivos.
Pudiera hacer una biografía de Ramón Leal y estoy seguro que, este espacio no me sería suficiente para relatar sus historias, sin embargo, solo nos limitaremos a expresar los que a simple vista podemos apreciar de este controvertido personaje, pues hablar de Ramón y de su infancia no puedo, no recuerdo de sus 58 años, a cumplir en estos días de agosto, no porque no se haya destacado, simplemente no estuvo en mi ruta, aún cuando recorríamos el mismo, la cultura, la música el pensamiento, el análisis y la búsqueda de algo, simplemente, no nos encontramos y si sucedió fue pocas veces, pero éramos dos caminantes, dos peregrinos cautivos por el mismo tema, la música y la cultura en general. Así el tiempo paso y Ramón Leal siendo aún un adolescente inexperto pero audaz, logra su primer reconocimiento, allí se puede decir que inicia su carrera de músico peregrino y de férreo defensor de su identidad.
Como dije no es la intensión de esta nota realizar una biografía, pero debo decir que el reencuentro con Ramón Leal, tiene que ver con lo que dije al principio, siempre se hace necesario la compañía desde todo punto de vista, retornar atrás luego de un gran avance, después de recorrer tanto camino y vivir tantas experiencias ¿para qué?, Cuál es la razón del retorno, muchas veces lo ignoramos. En la mayoría de los casos, la genialidad en el hombre lo hace desconocer su propio destino, en este caso volver a sus raíces, reconocer de nuevo lo desconocido, pero también, valorar lo ignorado, Ramón ha retornado a Carache, no vino solo tiene una compañera soñadora tanto como él, encontrada en ese peregrinar por el mundo, es el cactus de sus sueños, es su aliciente, parte de su inspiración para acompañar sus rutinas, junto a ella sigue con sus sueños intactos, ya ha caminado mucho, tiene acumulada bastas experiencias, ahora agrega a esos sueños, el darle a Carache su propio estudio de grabación, un proyecto soñado por los músicos y cantores de su pueblo, pero necesita el apoyo, ese apoyo solidario que es necesario para sentir que puede lograr en colectivo la meta, meta que debería ser de todos, sin mezquindades, sin revanchismos, sin el recelo que tanto daño a causado a la cultura y a todo sueño emprendido, es tiempo de cambiar, en medio de la precariedad, porque que no es inalcanzable, por eso hemos decidido acompañarlo en esta nueva etapa del camino, es para nosotros un honor y un compromiso, porque entre músicos y cultores, debemos soñar con este proyecto que al final, será de todos y para todos.
